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domingo, 10 de noviembre de 2013

Pero, ¿y qué tiene que ver la ciencia ficción con el mundo empresarial?


Es curioso cómo los autores de ciencia ficción han sabido ver de algún modo un posible futuro y han escrito relatos sobre ello. Al menos sobre algunos productos y servicios que antes no existían en la época en que fueron escritos.

Lo cierto es que parece que existe una relación entre la ciencia ficción y las empresas y la necesidad de satisfacer algún servicio. Aunque la ciencia ficción suele llegar algunos añitos antes.

¿Cuántos antes? Pues habrá que plantearse cuándo empezó eso de la ciencia ficción y el sistema empresarial.

Si tomamos la primera obra de arte puramente inventada pero relatada del modo más realista para la época tenemos que trasladarnos al siglo II, donde nos encontramos a Luciano de Samóstata (125-192) escribiendo “Relatos verídicos”, una sátira de los clásicos relatos de viajes donde podemos encontrar nada menos que ¡un viaje a la luna y una batalla interestelar!

Si preguntas a alguien por la calle sobre el primer relato de ciencia ficción probablemente te hable de “Frankenstein o el moderno Prometeo” de Mary Shelley, publicada en 1818, y si preguntas sobre empresas los libros de texto hablarán sobre Compañia Holandesa de las Indias Orientales (1621) cuando en realidad el Imperio Romano ya usaba conceptos de estrategia comercial y marketing de campañas catalogables como conceptos empresariales modernos (aplicados a la época, por supuesto).

¿Por qué nos quedamos sólo con lo “moderno”?

Nos sigue resultando curioso cómo el relato de Mary Shelley se adelanta a la electricidad, y de cómo Luciano de Samóstata aún no ha visto cumplida su “premonición” de una guerra interestelar (aún) pero sí la llegada del hombre a la Luna y los cohetes a reacción.

No son pocos los historiadores que creen firmemente que la ciencia ficción se convertirá en ciencia con el paso del tiempo bajo algunas condicones. Y que es sólo cuestión de eso: de tiempo.

Veámoslo del siguiente modo: si a alguien del medievo le dijeses que ahora (en el año 2013) tenemos dispositivos que nos permiten hablar y vernos desde una punta a otra del planeta te hubiese mirado fijamente y, quizás antes de plantearse la posibilidad (totalmente comprensible) de que estás loco, habría preguntado: “¿Planeta?”

Tal es nuestro desconocimiento sobre los productos que se darán en el futuro. No sólo no sabemos lo que nos traerá la tendencia, sino que no somos ni siquiera capaces de ver de qué tendencia estamos hablando, porque al parecer si no eres escritor de ciencia ficción ni te lo imaginas.

Y os haréis una idea de todo lo que nos queda por descubrir, y del potencial que tenemos para la generación de nuevos productos y servicios.

Algunos ejemplos de literatura precursora:

“From Earth to Moon”
El cohete.

“El mundo se libera”
Predicción de la bomba atómica con 30 años de antelación. Inclusive enfermedades acarreadas por la detonación nuclear.

“London Times”
Se escribe de Internet tal cual lo usamos hoy en día (en 1904).

“Ralph 124C 41+”
Se describe el radar de un modo totalmente técnico 24 años antes de su creación.
El videochat, llamado “telephot” en la novela.

“2001: Odisea del Espacio"
Los periódicos entran en obsolescencia debido al uso de lo que hoy llamaríamos ordenador conectado a internet, y a lo que el autor llamó “texto noticioso”.

“Mirando hacia atrás”
Se plantea la idea de la tarjeta de crédito más de 100 años antes de su creación.



Pero esto es literatura que lleva ya algún tiempo entre nosotros y que ha dado muestras de acierto con el presente. Podríamos coger alguna más reciente y preguntarnos: ¿Será así?

“Carbono alterado”
La memoria se copia en una pila bajo el cerebelo. La muerte toma un nuevo significado al estar nuestra consciencia almacenada en un cartucho blindado y protegido incluso contra disparos directos. Titular: “Consiguen implantar falsos recuerdos en la memoria mediante técnicas de sugestión”

“The surrogates”
Vivir a través de un robot de modo que nosotros permanecemos sentados en casa tranquilamente mientras “sentimos” que paseamos por la calle.

“¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”
El trabajo mecánico se lleva a cabo por autómatas humanoides.


Como conclusión debo recalcar que debemos formar tanto a técnicos como a directivos no sólo en marketing, estrategia y dirección de empresas, sino en precursores  reales (empresas) como precursores literarios de las obras de ciencia ficción. No sólo de cara a los nuevos productos, sino de cómo estos nuevos productos afectarán a la ética de nuestros negocios.

Aunque si tenemos que tomar algo por seguro es que los nuevos productos vendrán de la mano de la tecnología y el avance científico. Y curiosamente Google no devuelve nada coherente con la búsqueda "ciencia ficción y empresas". Quizá haya un segmento del mercado sin explorar ;)


¿Cuál crees que será el siguiente invento que venga de la ciencia ficción?
¿Es la ciencia ficción un indicativo de hacia dónde iremos?

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