Mudanza a Blog de Pensamiento lateral

martes, 12 de noviembre de 2013

¿PUEDE UNO JUGAR EN UN MUSEO?

Se nos ha enseñado desde pequeños que los museos y exposiciones son sitios serios, donde gente que sabe mucho más que nosotros ($y que se ha dado cuenta de ello$) nos intentan inculcar ese conocimiento y cultura del modo más aburrido posible. A saber: mostrando su obra en diversos expositores a los que ni acercarse y manteniendo la distancia seca de a un artista muerto. Aun a pesar de que, por fortuna, alguno anda todavía por aquí con nosotros.

El pasado sábado acudí a la exposición “Con dos colores”, una que abarca temas sobre la crítica social presente mediante el uso de cartelería roja y azul superpuesta. Se trata de obras sin filtro expresadas a través de otro.

¿Qué significa esto? Que mediante el uso de unos filtros de color, y mirando el mismo cartel, verás dos montajes distintos. Os pondré un ejemplo sacado de su blog.


Origen de la fotografía: Con dos colores (blog)

Los filtros azules/rojos cuelgan del techo frente a las obras, de modo que el espectador coge un filtro, observa el cartel, y después lo vuelve a observar con el otro color. Esta breve interacción rompe definitivamente con el observador pálido ante la obra de arte, y obliga a la interactuación con la obra. Pasa a ser necesario que uses el filtro para ver lo que el crítico ha querido mostrar con su cartel.

Y ahí entra la parte divertida de “juego” dentro de la exposición.

Consejo: id acompañados de alguien que, aunque se ponga los filtros por delante de los ojos, no los tenga en la boca. A ser posible alguien que se tome la exposición con la misma seriedad con la que un niño destroza con plastidecor importantísimos papeles de oficina.

Os lo pasaréis mejor. Lo sé, me ha ocurrido.

Posibles juegos:

1)  por turnos, id leyendo lo que veáis, cada uno equipado con un filtro, para que el otro trate de imaginarse lo que ves tú y viceversa. Luego cambiaos los filtros para ver qué es lo que el otro intentaba describir;
2)     poned verdes a todos los que veáis en las cartulinas. Cuanto más soeces los comentarios, mejor;
3)     intentad leer los textos cantando.


Si los otros visitantes os miran raro no tenéis de qué preocuparos. Ellos están en lo cierto: estáis locos. Pero que eso no os impida seguir jugando.


Los museos suelen ser sitios grises y silenciosos. Y en ocasiones se nos cataloga a españoles, portugueses, italianos y griegos de ir dando voces por los museos. Animo a jugar en los museos. Entendedme: jugar con la cabeza y las palabras, que nadie se lleve una plastidecor (ni un niño).



¿Habéis jugado alguna vez en un museo?¿Cómo?



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