Mudanza a Blog de Pensamiento lateral

sábado, 30 de noviembre de 2013

RENUNCIAR A UN ASCENSO POR MIEDO, COMPETENCIAS O CONDICIONES LABORALES: ¿PODRÉ HACERLO?

Miedo y duda. ¿Cuántas veces nos hemos planteado si seríamos capaces de realizar alguna tarea? Nos la hayan asignado o no.

En ocasione en el mundo laboral vemos delegaciones de responsabilidad como disparos que pasan demasiado cerca de nuestra cabeza y respiramos aliviados al ver cómo siguen su camino al encontrarse con otro compañero al que pensamos menos afortunado.

Esto es un error.

Cuando un mando superior te llama a su oficina para ofrecerte más responsabilidad se ha dado alguna de las siguientes condiciones:

1)      Te valoran.

Esta sería la condición ideal de la llamada. Si te valoran es que algo harás que les gusta. Eso evidentemente es bueno, te da poder ante ellos. Quieren darte más responsabilidad: es momento de exigir siempre y cuando tengas la confianza de que no habrá un segundo candidato y de lo que demandas sea coherente al trabajo que desempeñarás.

2)      Eres la persona a la que menos cuesta formar o ya estás dentro de la empresa

Es decir, no te han buscado específicamente, pero están contentos con tu trabajo y, ya que estás dentro (y probablemente para ahorrarse una criba curricular) te ofrecen el puesto.

Es tu oportunidad de demostrar lo que vales. Probablemente no puedas obtener un gran aumento de salario o condiciones, pero por intentarlo que no quede. En el caso de que no sea posible siempre puedes seguir sus condiciones.

3)      No hay nadie más, y además a ti ya te tienen en nómina

Aunque no debería ser así esto es un motivo recurrente en la promoción de trabajadores, en la que no se ofrece aumento de salario pero sí de responsabilidad y a un sobreentendido aumento del horario que no figurará nunca en ningún papel.

De ser así demandar lo que nos corresponde no es una incoherencia ni un acto de subversión por parte del empleado. No se trata de convertirse en un Robin Hood para darles motivos para que te echen mañana, sino de hacer entender que desempeñas unas funciones de acuerdo a un contrato con el que estás más o menos conforme, y que la responsabilidad que te asignan no aparece en él.


Muchos trabajadores tienen miedo a responder sinceramente a los jefes por miedo a represalias. Pero trabajar en condiciones que no te satisfacen puede ser el error más grave de tu vida, que te hará aborrecer lo que haces, a tus compañeros y, probablemente, hasta a despertarte por las mañanas.




No tengas miedo a defender tu puesto de trabajo, el que tantos meses te costó encontrar. No se trata de hundir la empresa en la que trabajas, sino de no renunciar a tus derechos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario